La tarea de elegir abogado no suele ser sencilla, sobre todo teniendo en cuenta que la mayoría de las veces se da la doble circunstancia de que no se conoce a ningún letrado de la especialidad deseada, y a la vez, suele correr prisa.
El primer consejo útil en este caso es no precipitarse y, por tanto, no acudir al primer abogado que salga en Google o en un directorio/listado de abogados. Por mucho que en una página rece un título parecido a “los mejores abogados de Madrid”, no estarán incluidos los mejores sino los que más han pagado por aparecer ahí.
El segundo consejo para encontrar un buen abogado es acudir a contactos. Como en muchos campos, la experiencia es un grado. Y tener una valoración de primera mano, obviamente subjetiva, pero valoración al fin y al cabo, es un punto por el que empezar. Tampoco hay que quedarse con la primera recomendación, sino tener en cuenta varios nombres.
Existen ideas preconcebidas sobre el tamaño de los despachos como que cuanto más grande más cobrarán o menos seguimiento efectivo harán a los casos, o que si es pequeño es porque no tiene éxito y no es bueno, y “mi caso merece lo mejor”. Estos pensamientos pueden hacerse realidad en algunas ocasiones, pero es preferible alejar esos prejuicios.
Los despachos grandes lo son porque tienen mucho talento. Es verdad que el talento hay que pagarlo. Y también es verdad que existen muchos profesionales con igual o mayor talento que prefieren trabajar para sí mismos o en bufetes medianos.
La lista de los mejor considerados es conocida: Uría, Garrigues, Cuatrecasas… pero sí que es cierto que tienen tasas superiores a la media. Y también hay que decirlo, se permiten elegir los casos que quieren llevar.
El común de los mortales debemos acudir a bufetes más económicos. Un tercer consejo es acudir a 3 o 4 despachos para exponer nuestro caso, y obtener un presupuesto (casi siempre inicial) así como la primera valoración de nuestro asunto. Aunque nos cobren una pequeña o mediana cantidad por la primera visita, merecerá la pena comparar.
De nuestros contactos con los despachos candidatos debemos sacar la siguiente información:
Además, debemos investigar la reputación buscando en Google tanto del despacho como del abogado que llevará nuestro caso.
De los puntos enumerados, es importante saber el sistema de cobro porque a veces una tarifa inicial barata puede volverse cara. Por eso es importante para ambas partes fijar desde el primer momento los conceptos de cobro.
Asimismo, es transcendente cómo y cada cuánto será informado el cliente. Suele crear mucha inseguridad el no recibir en meses información alguna de nuestro abogado, con lo que al cliente le entra complejo de “pesado” por tener que ser él el que reclame la información cada poco.
Otro aspecto importante es averiguar la estrategia que el despacho va a seguir en nuestro asunto. Por supuesto que los bufetes no van a desvelar su vía de ataque o de defensa hasta que el contrato no esté formalizado, pero sí nos podemos hacer una idea de qué camino puede o no emprender cada uno de nuestros candidatos.
Insistimos que es importante visitar varios abogados. En esta profesión la labia y el discurso imperan, y es fácil que el primero que visitemos nos acabe convenciendo de elegirlos, pero debemos perseverar e invertir un tiempo (y dinero de primeras visitas) que a la larga rentabilizaremos. Y por cierto, el buen discurso es ideal para la sala del tribunal, pero debemos ser cautos ante las promesas lanzadas al viento para captarnos.
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