FAQ
Una herencia es la transmisión de bienes, derechos y obligaciones de una persona fallecida a sus herederos. Estos herederos pueden ser familiares directos, como hijos o cónyuges, u otras personas designadas en un testamento. Los herederos toman la posición patrimonial del fallecido, no solo en derechos sino también en obligaciones.
Los herederos deben recabar el certificado de últimas voluntades que señalara el último testamento del fallecido. Debe presentarse al notario junto a otros documentos como el certificado de fallecimiento, certificado de posiciones bancario o escrituras de propiedades. Posteriormente el notario otorgará el correspondiente acta de reparto.
Un testamento es un documento legal que establece cómo se deben distribuir los bienes y activos de una persona después de su fallecimiento. Es vital para garantizar que los deseos del fallecido se cumplan y que la herencia se distribuya de acuerdo con sus preferencias.
Las herencias se pueden clasificar en herencia legítima (distribución según la ley) y herencia testamentaria (distribución según el testamento). También pueden ser herencias intestadas (sin testamento) o testamentarias.
Los impuestos sobre la herencia pueden variar según la región. Siempre hay que liquidar el impuesto de sucesiones, a liquidar ante la Comunidad Autónoma correspondiente, y el de incremento (plusvalía) del valor de los terrenos de naturaleza urbana, que será liquidado ante el Ayuntamiento en el que se encuentra el inmueble gravado.
En caso de que no haya un testamento, la herencia se distribuirá según las leyes de sucesión intestada, que establecen cómo se dividirán los bienes entre los herederos según la relación y la proximidad familiar.
Sí, es posible renunciar a una herencia si no deseas asumir la responsabilidad de los activos y pasivos dejados por el fallecido. Para ello es necesario acudir a un notario que formalice la renuncia.
Al planificar tu herencia, es fundamental considerar tus deseos y circunstancias familiares. Es esencial redactar un testamento claro, optativamente designar un albacea y, si es necesario, buscar asesoramiento legal para asegurar una distribución adecuada de tus bienes.
Un albacea es una persona designada en un testamento para administrar y ejecutar las disposiciones establecidas en el mismo después del fallecimiento del testador. Su función principal es garantizar que se cumplan las voluntades y deseos expresados en el testamento, distribuyendo los bienes y activos de acuerdo con las instrucciones del difunto.
Los herederos tienen derechos específicos en una herencia, que incluyen:
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David Fernández García, es abogado especialista en Herencias con número colegiado ICAM: 104099.
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